La vida no es justa y eso Logan lo sabe muy bien. Después de una dolorosa pérdida, su corazón se ha vuelto hermético, frío e inquebrantable. Por eso no le importa que todos crean que es el malo de la historia.
Leah nunca se ha sentido la protagonista de su vida. Vive con la cabeza enterrada en los libros, intentando pasar desapercibida y se refugia en la gran comunidad de lectores que tiene en internet.