Este libro es la crónica de una infamia y de una persecución sin cuartel, de una turba enfurecida que se lanza a una cacería despiadada de un ser humano demonizado, al cual se le puede hacer y decir cualquier cosa. Lo que Mauricio Rojas vivió entre el sábado 11 y el domingo 12 de agosto de 2018 no tiene parangón en la historia del Chile democrático. En pocas horas fue convertido en un ser aborrecible: un negacionista de las violaciones de derechos humanos cometidas bajo la dictadura militar, comparable con quienes niegan el Holocausto; un impostor de tomo y lomo, cuya historia de vida era, en su integridad, un fraude; un fascista, un racista, un mal hijo, un agente de la policía política de Pinochet o, como dijo el secretario general del Partido Comunista, Lautaro Carmona, “un ser despreciable”.
Sin embargo, esta es solo la superficie de las cosas. Su trasfondo, así como los valores que se ven amenazados por actos semejantes, son mucho más importantes. Lo que el autor experimentó en carne propia no es compatible con una convivencia civilizada y democrática. Este relato sobre cómo se construye, justifica, difunde y masifica la ruindad humana debe servirnos para estar en guardia contra actitudes que, de tolerarse, terminarán emponzoñando nuestra vida social y minando los fundamentos de nuestra democracia. Pasó ya en los años 60 y 70 del siglo pasado y es de esperar que jamás se repita.