La desigualdad desbocada que padecemos tiene un claro motor: un sistema fiscal injusto. Por primera vez en más de un siglo, a los multimillonarios estadounidenses se les aplican hoy tasas impositivas más bajas que a ningún otro grupo social. Mientras tanto, a la clase media se le pide un esfuerzo contributivo mayor. Emmanuel Saez y Gabriel Zucman, dos economistas que han revolucionado el estudio de la desigualdad, analizan las decisiones (y los pecados de indecisión) que han llevado a semejante triunfo de la injusticia fiscal. Combinando el análisis histórico y las aportaciones económicas más punteras con una prosa amena y sin jerga, Saez y Zucman muestran cómo el fin de la progresividad de los impuestos termina por sacudir los cimientos de la democracia.
Estados Unidos, que estuvo a la vanguardia de la lucha por la justicia fiscal, ha dado la espalda a su propia tradición. Si queremos evitar que Europa caiga en una deriva injusta y oligárquica como la que ha llevado a Donald Trump al poder, es urgente actuar. Aunque el deterioro de la escalada fiscal en un contexto de aumento de las desigualdades ha sido especialmente exacerbado en ese lado del Atlántico, no es en absoluto específico de Estados Unidos. La injusticia fiscal, uno de los grandes fracasos políticos de nuestro tiempo, es un fenómeno global que exige soluciones integrales.
«Sin impuestos no hay cooperación, ni prosperidad ni destino común; no hay ni tan siquiera una nación que necesite un presidente.»