Estamos viviendo en la era de la ansiedad y, a menudo, nos sentimos atrapados en un constante ciclo de estrés, insomnio y preocupación. Pero, ¿qué pasaría si tuviésemos una forma de convertir la ansiedad en un recurso que nos ayude a resolver problemas, ser más productivos y fortalecer nuestro bienestar? Es decir, ¿qué sucedería si en lugar de ver la ansiedad como una maldición, reconociésemos el regalo que representa?
La galardonada neurocientífica Wendy Suzuki ha descubierto una verdad que cambiará el paradigma sobre la ansiedad: sí, es desagradable, pero es esencial para nuestra supervivencia. De hecho, la ansiedad es un componente clave para poder vivir de la mejor manera. Cada una de nuestras emociones tiene un objetivo evolutivo y la ansiedad está diseñada para visibilizarnos las emociones negativas. Si solo asumimos que debemos evitar, disminuir o eliminar nuestra ansiedad, perderemos la oportunidad de aprender a gestionar sus síntomas y la manera en la que puede mejorar nuestras vidas.
La buena ansiedad nos enseña a trabajar nuestras preocupaciones desde la curiosidad, en lugar del miedo, para que nos guíen hacia la felicidad.