El padre de Gabriela Wiener tuvo otra familia en secreto hasta el día de su muerte. Tras su fallecimiento,
Wiener se quedó con su móvil y confirmó lo que ya sospechaba: había tejido durante años una vida
paralela a pocos kilómetros de su casa. La autora, adalid del poliamor, se da cuenta en plena crisis con
su hombre y su mujer que la tentación de la mentira forma parte de su herencia. Su conflicto personal se
cruza con uno identitario cuando lee el libro que quedó en la mesita de noche de su padre, las memorias
de su tatarabuelo, el explorador austrofrancés Charles Wiener. La autora vuelve con su honestidad
arrolladora para explorar los celos, la culpa, los vestigios fantasmales que esconden las familias y la
deconstrucción de un deseo anclado en un pensamiento colonial.