Soy el hijo de la oscuridad. En mi sangre corren gritos, colores, drogas y alcohol. Cometí muchos errores, el primero fue destrozar su alma. El alma más dulce… Y me quedé ahí, al costado de la vida, evitando que mi oscuridad engullera la luz de los ojos que amo, dejando que el dolor me consumiera.
Hoy ardo en el infierno, uno incapaz de extinguir el deseo de volver a besar su boca.
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