Nadie sale vivo de Auschwitz. Mala, reclusa 19880, lo entendió en el momento en que bajó del tren de ganado para dirigirse a las profundidades del infierno. Como intérprete de las SS, Mala usó su posición para salvar tantas vidas como pudo.
Edward, recluso 531, es un veterano del campo y un preso político. Aunque, con la cabeza rapada y el uniforme a rayas, se parezca a todos lo demás, es un luchador de la Resistencia en la clandestinidad. Y tiene un plan de escape. Sabe que, a pesar de estar rodeado por cables eléctricos, ametralladoras coronando interminables torres de vigilancia y reflectores vagando por el suelo, dejarán, tanto él como Mala, el campo de exterminio. Hay la promesa de escapar juntos o morir juntos, en una de las más grandes historias de amor de todos los tiempos.