Mientras conduce hacia casa una noche, Gabe ve aparecer la cara de una niña en la ventanilla posterior del viejo coche oxidado que tiene delante. Solo pronuncia una palabra: «Papá».
Es su hija de cinco años, Izzy.
Nunca la vuelve a ver.
Tres años después, Gabe pasa sus días y sus noches recorriendo la autopista en busca del automóvil que se llevó a su hija, negándose a perder la esperanza aunque la mayoría de la gente crea que Izzy está muerta.
Fran y su hija, Alice, también han hecho muchos kilómetros por la autopista. No buscan. Huyen. Tratando de mantenerse un paso por delante de quienes quieren hacerles daño.
Porque Fran conoce la verdad. Sabe lo que realmente le pasó a la hija de Gabe. Sabe quién es el responsable. Y sabe lo que les harán si alguna vez las alcanzan…